Si os soy sincero, no sé por dónde empezar, porque es tanta la pena que me dan los resultados que no sé qué abordar primero. Supongo que empezaré con cortesía: felicidades al PP por esa clara victoria con "Mayoría absoluta" (que no sé dónde la ven, pero eso es algo que retomaré después), y a Mariano, y bla, bla, bla... Ahora estará todo el Partido Popular y sus votantes retozados de felicidad, pero, sinceramente, no sé cómo saldrá esto. Todavía retumban en mis adentros unas palabras de anoche: "Salimos del peor presidente de la Historia para meternos con el garrulo que perdió 2 veces contra él". Pues eso, que, citando a mi admirado Paco Martínez Soria, "lo veo to' mu' neeeegro". Y, ojala, me trague mis palabras, y salgamos con TODO el país hacia delante.
Volviendo a lo de la mayoría absoluta, intentaré aclararlo lo más posible: de los 10.278.010 votos que registró el PP en 2008, en 2011 se convirtieron en 10.830.683, bastantes pocos más de lo que en porcentaje se puede apreciar (si bien es cierto que la caída del partido de las tres mentiras -PSOE- es de 5 millones de votos). Ahora bien, lo que en 2008 supuso el 39.9% de los votantes, en 2011 supone el 44.62%. ¿Por qué? Muy sencillo: la abstención ha sido mayor ahora que en 2008, aunque no mucho (del 26% se ha pasado al 28%). Estos datos se traducen en la abstención de un tercio de los votantes, de un total de 9.710.775 personas, un millón menos de las que votaron al PP, y 3 millones más de las que votaron a "los de las 3 mentiras" (aclaro: ni tiene políticas socialistas, ni favoreció al obrero, y entrecomillamos lo de español, debido a la falta de regulación de la inmigración). Esto supone que, si las abstenciones conformasen un partido propio, serían la segunda fuerza política del país, muy cerca de la primera (creo que da que pensar, ¿no?). Estos altos parámetros de abstención (a los que ningún medio se ha referido) deberían dar que pensar que la ley electoral, o los partidos en sí, no funcionan, o, en el mejor de los casos, podrían funcionar mejor. Pero bueno, siempre nos quedará "Simiolcaba" diciendo que la participación del 72% de los llamados a las urnas brinda en favor de la Democracia. ¡Entérese señor, que de 35 millones han pasado de la política 10! ¡Que es una tercera parte!
Siguendo con la "justicia" de la Ley D'Hont (la ley electoral que tenemos), vemos resultados tan penosos como estos: CIU, con un millón de votos, consigue 16 escaños en el Congreso; AMAIUR, con 333.000 votos, consigue 7 escaños; y UPYD, con 1.140.000 votos, ¡sólo consigue 5! Vean la siguiente tabla, con los resultados reales de una ley electoral más justa:
Para los que no la conocen, la Ley D'Hont (intentaré explicarla lo mejor posible) consiste en primar en las elecciones a las autonomías. Es decir, los votos van por provincias, no a escala estatal. Si por ejemplo, como en Cuenca, sólo optan al Congreso 3 plazas (el número de plazas va en proporción al de habitantes en la provincia), se hace una división del total de votos entre esas plazas para sacar el baremo de votos k debe tener un partido para hacerse con una plaza. Ejemplo: 120.000 votantes conquenses, entre 3 puestos, hacen un total de 40.000 votos por puesto. Como PP tiene casi 70.000, gasta 40.000 en hacerse con un puesto, y le sobran 30.000. PSOE, con 41.000 votos, gastan 40.000 en hacerse con otro puesto, y le sobran 1.000 votantes. ¿Cuál sería la tercera fuerza política? En principio Izquierda Unida, con 6.000 votantes, pero no es así: tenemos por delante los otros 30.000 votantes que sobraron del PP, con lo que se llevan la tercera y última plaza del Congreso, quedándose IU sin representación.
El caso más llamativo lo protagoniza UPyD: de los 5 escaños que ha obtenido para el Congreso, 4 vienen de Madrid y uno de Valencia. En madrid, con 346.122 votos, y en Valencia, con 145.823 votantes. Esto hace un total de 491.945 votantes de UPyD, que, con su voto, consiguen representación en el Congreso. Ahora bien, si esa cifra se la restamos al total estatal de votos de UPyD (1.140.242), hacen 648.297 votantes que se quedan sin representación por la actual ley electoral, cuando, AMAIUR, con la mitad de esos 650.000 votos, obtiene nada menos que ¡7 escaños!
- Una ley electoral obsoleta que nadie está dispuesto a cambiar
- Una abstención del 30% que no hace a nadie replantearse nada
Sencillamente, INDIGNANTE.
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